Observando los cambios del mercado financiero, cabría pensar sobre el incierto futuro de la banca en Europa. Todo indica que se encuentra en un punto de inflexión debido a factores, como la revolución tecnológica, la agenda de sostenibilidad y las tensiones geopolíticas. Estos factores están impulsando a los bancos a adaptarse, transformar sus modelos de negocio o buscar una fusión.
El culpable de esta encrucijada es la creación del euro digital funcionando como Central Bank Digital Currency (CBDC), su introducción tendrá un impacto significativo en la banca comercial. Si el Banco Central Europeo (BCE) lanza su CBDC, las entidades financieras se enfrentan a una competencia directa por los depósitos de clientes, ya que los ciudadanos podrían preferir la seguridad y la conveniencia de tener sus fondos en una moneda digital emitida por el Banco Central Europeo. Esto reduciría la cantidad de depósitos disponibles en los bancos para prestar, afectando su capacidad de generar ingresos.
Sin embargo, algunas entidades financieras han visto la oportunidad de adaptarse al aprovechar las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial (AI) y los servicios financieros digitales ampliamente desarrollados por las Fintech, para ofrecer servicios innovadores a sus clientes. Además, cabe la posibilidad de colaborar con el BCE para facilitar una posible transición hacia el euro digital al asegurar que los servicios financieros sigan siendo accesibles.
Si los depositantes deciden trasladar su capital al BCE, en lugar de depositarlo en cuentas bancarias, estas son las posibles consecuencias:
1. Reducción de depósitos bancarios: Los bancos perderían una parte importante de sus depósitos, lo que podría afectar su capacidad para prestar dinero a empresas y consumidores. Esto reduciría la oferta de crédito y el aumento de las tasas de interés de los préstamos.
2. Problemas de liquidez: Los bancos acentuarían los problemas de liquidez, ya que tendrían menos fondos disponibles para cumplir con sus obligaciones a corto plazo. Esto incrementaría la dependencia de financiación interbancaria.
3. Impacto en la estabilidad financiera: La fuga de depósitos hacia el BCE podría afectar la estabilidad financiera del sistema bancario, ya que los bancos tendrían menos recursos para absorber pérdidas y mantener su solvencia.
4. Competencia con el BCE: El BCE, al ser una entidad central, podría ofrecer condiciones más favorables en términos de tasas de interés y seguridad, lo que atraería a los depositantes.
5. Deuda Pública: Los bancos son los principales compradores de la Deuda Pública, por lo que esa vía de financiación se vería reducida considerablemente.
6. Innovación en productos financieros: Los bancos deberían adaptarse ofreciendo servicios financieros más atractivos, con la implementación de tecnologías avanzadas y la mejora de la experiencia del cliente.
La banca europea se enfrenta a su momento crítico, y debe tomar decisiones estratégicas para su futuro. Si opta por desarrollar nuevas vías con criptomonedas como Boitcoin, XRP, Ethereum, XLM, etc. puede beneficiarse de la innovación tecnológica y la globalización de los servicios financieros. Algunas criptomonedas por su utilidad están ganando popularidad por su velocidad y baja tarifa de transacción, lo que será ventajoso para las transacciones internacionales. Sin embargo, también hay desafíos asociados con la adopción de criptomonedas, como la volatilidad del mercado, la regulación, la blockchain y la seguridad. Puntos a desarrollar construyendo una internet firmemente asentada en la Web3. Además, mantener la colaboración con gobiernos y bancos centrales podría proporcionar un entorno predecible para operar. En última instancia, la decisión dependerá de cómo evalúe los riesgos y oportunidades cada entidad. En Suiza, las entidades financieras llevan tiempo transaccionando con criptomonedas.
Crear una criptomoneda diseñada específicamente para las necesidades de la banca, abrirá nuevas vías para el crecimiento global, no me refiero a una CBDC. Una criptomoneda diseñada con esas intenciones, proporciona transacciones más rápidas, seguras y eficientes a nivel internacional. El desafío principal está en desvincularse del control y la regulación de los estados-nación. Esto requiere un cambio significativo en la forma en que operan los bancos, y una posible confrontación con los reguladores en busca de mantener el control sobre el sistema financiero para proteger la estabilidad económica.
¿Imaginas un mundo sin bancos comerciales?