La llegada del presidente Nayib Bukele a El Salvador ha cambiado el país radicalmente. Lo interesante es que ese cambio social unido a la tecnología de cadena de bloques en la economía está llamando la atención de otros países por su modelo regulatorio. En su día, muy pocos entendieron la acertada decisión del presidente Bukele de apostar decididamente por Bitcoin.
La adopción de Bitcoin como moneda de libre circulación está atrayendo a empresas de todo el mundo, y ahora, también está marcando el camino de la tokenización de activos reales. Desde 2023 la Comisión Nacional de Activos Digitales (CNAD) es la encargada de realizar todas las regulaciones abandonando criterios tradicionales iniciado en 2021. Año en el que se convirtió en el primer país en aceptar Bitcoin como moneda de curso legal.
Uno de los aspectos más relevantes de su visión es la tokenización de activos reales. Esto permite que pequeños inversores accedan a mercados previamente dominados por las élites financieras. Empresas como VLRM y Tokenization Expert han elogiado la eficiencia del CNAD en la emisión de licencias, y actúa como un aliado de las empresas que quieren invertir en la economía salvadoreña. A ausencia de infraestructura financiera tradicional en El Salvador actúa como una ventaja, permitiendo implementar enfoques especializados. La poca resistencia de instituciones financieras tradicionales ha sido mínima en comparación con otros países donde estas entidades son mucho más potentes.
La clave está en entender las ventajas de esta tecnología, y entender con claridad los avances permitidos por los desafíos regulatorios, lo que les ha llevado a liderar la revolución financiera más puntera en la actualidad.