Michael Saylor presidente ejecutivo de MicroStrategy, tiene previsto un valor de mercado de Bitcoin de 13 millones de dólares por unidad en 2045. Pasando de un capital invertido del 0,1% al 13% a nivel global. Por lo que, aquellos que consideran los casi 100.000$ del precio actual de Bitcoin por unidad como una frontera impenetrable, puede que con el tiempo, se den cuenta que sólo estamos al inicio del camino.

Antes debemos disipar las dudas que revolotean por las cabezas de aquellos que todavía lo observan con distancia o desdén. Durante la historia existieron otras monedas que fracasaron y dejaron de ser utilizadas como el inflacionario Marco Alemán durante la República de Weimar, o el Dólar de Zimbawe, o el Dinar de Yugoslavia. El Bitcoin persigue evitar esos fracasos debidos a la hiperinflación, aunque no puede considerarse libre de fracasar por cualquier otro motivo. Incluso hay alguno que considera la fuerte volatilidad de la moneda como indicador de una burbuja por su excesiva sobrevaloración. Comparándola con un esquema Ponzi de estafa piramidal, donde los últimos pagan los beneficios de los primeros. Nada está asegurado, todos debemos asumir riesgos a corto o medio plazo, en función de las expectativas de beneficios perseguidas.

Un millón de Satoshis en cada Bitcoin 

Las características incuestionables de Bitcoin como proyecto de software sin ninguna autoridad central son las que le permiten estar donde ha llegado. Y es eso junto a su cantidad limitada a 21 millones, lo que le llevará a mayores niveles. Esa cifra total de Bitcoins no llegará hasta el año 2140, cuando se deje de minar, y entendemos su fragmentación individual en un millón de Satoshis, que puede llegar hasta 10 millones por unidad, podremos apreciar el recorrido futuro sobre el precio unitario. Sólo hay que saber estimarlo en su justa medida. Si eres capaz de sumergirte en los conceptos que encierra la moneda lo entenderás. Nadie puede garantizar su precio futuro, pero si su valor de utilidad se acrecienta no hay duda de la valoración lejana de Michael Saylor.

Aquellos usuarios avanzados que en 2009 asumieron el riesgo de invertir en Bitcoin ahora, si todavía son capaces de recordar sus claves, quince años después pueden disfrutar de los beneficios. Nada ha culminado, está todo por hacer, todo por definir. Los nuevos usuarios, seguro llegarán muchos más, se beneficiarán de igual manera de Bitcoin, aunque sólo sea como reserva del valor de su trabajo, sin temor a que un gobierno mal gestionado le empobrezcan, y le sustraigan su esfuerzo diario por prosperar.