Finternet hace referencia a un hipotético sistema financiero futuro que aprovecha tecnologías innovadoras como la tokenización y los registros unificados para crear un ecosistema más interconectado, eficiente y centrado en el usuario. Este concepto fue introducido por Agustín Carstens, Director General del Banco Internacional de Pagos (BIS), y Nandan Nilekani, Presidente de la Fundación para la Interoperabilidad en la Economía Digital (FIDE). Sus principales características son:

Registros unificados: Un sistema descentralizado basado en cadena de bloques en combinación con múltiples mercados y activos financieros en una única plataforma ejecutable.

Tokenización: El uso de tokens digitales para representar varios activos financieros, lo que permite transacciones más rápidas, más seguras y más transparentes.

Interoperabilidad: Conectividad perfecta entre diferentes sistemas financieros, instituciones y mercados, lo que permite una infraestructura financiera unificada y global.

Centrado en el usuario: Finternet prioriza el control y el empoderamiento del usuario, lo que permite a las personas y las empresas acceder a una amplia gama de servicios financieros de una manera más eficiente, segura y personalizada.

Objetivos

Inclusividad: Tiene como objetivo crear un sistema financiero accesible para todos, sin dejar a nadie atrás. Ni siquiera es necesaria una cuenta bancaria.

Innovación: Fomenta la innovación y la experimentación,  creando nuevos productos y servicios financieros.

Marco regulatorio: un marco regulatorio sólido garantizará la estabilidad, la seguridad y la integridad del sistema.

Evolución del concepto

Finternet se basa en la idea de un sistema de “anotaciones contables”, donde todas las transacciones financieras y los activos se registran en un único libro de contabilidad digital. Este concepto ha sido discutido por el Banco Internacional de Pagos BIS y otras instituciones financieras, con el objetivo de crear un sistema financiero más eficiente y transparente. Sin embargo, el riesgo de control facilitado por la propia transparencia del sistema y su trazabilidad, genera preocupación entre los usuarios que ven como puede mermar su privacidad.

En cierto sentido, representa una visión unificadora de un sistema financiero futuro en combinación con tecnologías innovadoras, centrado en el usuario para crear una infraestructura financiera global más eficiente e inclusiva. Si su implementación se presenta en contra de la libertad de las personas, generará problemas.