La World Wide Web WWW revolucionó la manera de mostrar la información, y la Web2 revolucionó las interacciones entre usuarios; ahora la Web3 tiene el potencial de revolucionar los contratos y las finanzas.
La Web3 está cambiando las estructuras de datos de Internet, introduciendo un registro de estado universal, con frecuencia incentivando a los actores de la red mediante tokens. La columna vertebral de esta Web3 está representada por una serie de redes de Blockchain o DLT registros distribuidos. Esta relación entre Blockchain y Tokens puede parecer simplona, pero su fuerza reside en esa sencillez.
No controlamos nuestros datos, ni tampoco tenemos una capa nativa para pagar en valor, por lo que esta Internet controlada por pocas empresas no funciona, ni debería seguir funcionando. Si todavía lo hace es debido a nuestro desconocimiento y dejadez. Después de casi 30 años de la adopción de Internet, la arquitectura de datos aún está basada en el concepto de computadora única, donde los datos están almacenados en un servidor centralizado, y son enviados o recuperados por un Cliente. Cada vez que interactuamos en Internet, nuestros datos viajan al servidor de un proveedor de servicios, perdiendo el control sobre los mismos. Como resultado nuestros datos son principalmente almacenados de manera centralizada: en servidores remotos, en nuestras computadoras personales, en dispositivos móviles, en dispositivos de almacenamiento, y cada vez más en nuestros relojes, automóviles, televisores o cualquier dispositivo electrónico. Esto genera problemas de confianza.
La Web3 es una revolución del modo administrador, reinventa la conexión de Internet en el modo servidor, combinando las funciones de Internet con las funciones de sistema de los ordenadores. Aunque el usuario promedio de Internet no verá cambios en su interfaz, la Web3 representa una serie de protocolos, con registros distribuidos como su columna vertebral. Los datos son gestionados de manera colaborativa por una red de ordenadores Peer to Peer (P2P). Las reglas de administración están formalizadas en protocolos y aseguradas por un consenso mayoritario de todos los participantes de la red, incentivados con tokens de la red por sus actividades. El protocolo formaliza las reglas de gobierno de la red, y asegura que personas desconocidas puedan contactar y realizar acuerdos en la Web.
La Web3 trata de devolver la Internet, secuestrada por las grandes corporaciones, a todos sus legítimos usuarios.