Alguna vez te preguntas cuál es tu habilidad, no lo que más te gusta, sino donde rindes de la mejor manera. En esta transformación tecnológica, un cambio más en la revolución social donde nos encontramos sumidos, los recursos humanos se enfrentan a una inflexión en la demanda de trabajo.

Todo apunta a ocupaciones con bajos salarios, estas experimentarán reducciones de demanda, y los trabajadores deberán adquirir nuevas habilidades para hacer la transición a un trabajo mejor pagado. En el caso de no suceder de esta manera, existe el riesgo de un mercado laboral polarizado. Es decir, empleos con salarios más altos que trabajadores y demasiados trabajadores para empleos con salarios bajos.

Las decisiones públicas a adoptar, con una afluencia masiva de mano de obra sin cualificar, y mano de obra con baja formación básica o nula, deberían sintonizar con las ideas privadas sobre la utilización de esa mano de obra barata para el desarrollo de la sociedad. Y sobre todo, de las timoratas ideas públicas sobre inclusión, sin medir ni cuantificar resultados.

A estas alturas sabemos con exactitud de las ineficientes políticas de empleo públicas, pero con eso no hacemos nada si no hay voluntad para dar soluciones a problemas. Una lenta redistribución de los trabajadores dejará a miles de personas sin poder participar productivamente en el futuro del trabajo. No se dan soluciones porque se espera un cambio en el sistema financiero internacional, y por extensión, un cambio en la financiación de los entes públicos sin coste para ellos.

La tendencia debe cambiar de sentido

La polarización laboral es una tendencia en los mercados de trabajo de los países en las últimas décadas. De entre los muchos problemas asociados con esta polarización en Europa podemos destacar:

  1. Desigualdad salarial y de ingresos El aumento de ocupaciones con salarios altos y bajos, junto con la disminución de ocupaciones de salarios medios, ha aumentado la disparidad. 
  2. Destrucción de empleo en sectores específicos: Durante la recesión, se produjo una destrucción de empleo en toda Europa, especialmente en sectores como la fabricación y la construcción. Una gran proporción de los puestos de trabajo destruidos eran de remuneración media, lo que contribuyó a la polarización en la estructura salarial. 
  3. Factores subyacentes: La globalización y las nuevas tecnologías son dos factores clave que han impulsado la polarización del mercado laboral. La globalización ha reducido el peso de las ocupaciones más fácilmente deslocalizables, mientras que los cambios tecnológicos han tenido un impacto desigual en diferentes tipos de empleos.
  4. Escasez de mano de obra: En la actualidad, muchas economías avanzadas, incluyendo las europeas, enfrentan la paradoja de tener más parados y más vacantes sin cubrir. La recuperación económica tras la pandemia ha generado una demanda de empleo que no siempre se puede satisfacer debido a la falta de trabajadores disponibles.

La polarización laboral plantea desafíos para los trabajadores, la economía y las políticas públicas en Europa. Abordar estos problemas para lograr un mercado laboral más equitativo y sostenible resulta imprescindible.