La mentira de la planificación es la suposición de un rumbo optimista ampliamente difundido. Vemos el mundo mejor de lo que es en realidad. Una orientación optimista puede ser tanto positiva como negativa, por lo que es mejor acercarse con cierta precaución. La actitud positiva ve un solo lado de las cosas. Aunque el optimista asume más riesgos que otros, con su perseverancia, suele hacer frente a los obstáculos.
El riesgo asumido por los emprendedores llenos de audacia y energía, contribuye al dinamismo económico de una sociedad. En la nuestra parecen no entenderlo desde las instituciones interponiendo múltiples trabas y burocracia, a todo lo que suene a emprendimiento. Me pregunto: ¿De dónde salen los impuestos? ¿De dónde salen los empleos? Pues eso, ni siquiera pretendas buscar dónde están los empleados en España, un 66%. Dos tercios de todos los empleos salen de PYMEs, una realidad que desmonta todas las manipulaciones actuales. Los poderes social y político, no están dispuestos a reconocer lo evidente, sólo se sienta a compadecerse unos, y explotar los otros. Si no reconoces la importancia de los creadores de empleo y riqueza, no dejas de gestionar en su contra, y además expulsas a los jóvenes hacia otros países. ¿Dónde está el presente? En la cloaca, directo hacia el mar.
El poder sin control es arrogancia y soberbia, no crea, sólo manipula. Crear implica generar, producir o construir algo nuevo, como una idea, un proyecto. Sin embargo, manipular implica influir, controlar a alguien o algo de manera artificial y engañosa.
El optimismo social se ha transformado en dependencia, la dependencia es control. El control es ausencia de libertad, sin libertad no hay optimismo. Ya no hay optimistas se han marchado, sólo quedan optantes al funcionariado. Sin optimistas no hay futuro, no hay presente, no hay impuestos, no hay empleos. ¡No te lo crees!
Los optimistas se van porque la soberbia de los poderes no les permite desarrollarse, se asfixian y buscan otro oxígeno. No esperes que pronto vuelvan. Cambiemos la mentalidad del sistema. Hagamos que el éxito sea probable, y todos creeremos que podemos tener éxito.