En la última Encuesta Global de la consultora McKinsey sobre las condiciones de las diferentes economías, las opiniones de los principales responsables se han vuelto más esperanzadoras, a pesar de las continuas preocupaciones compartidas sobre la inestabilidad geopolítica y los conflictos bélicos. Los encuestados observan las transiciones de elecciones políticas como un peligro para la economía mundial, particularmente en América del Norte.

Los cambios en las políticas y las regulaciones son observados como una de las principales amenazas para el desarrollo de sus empresas. A pesar de todo, el optimismo crece sobre las condiciones globales y nacionales. Las opiniones sobre la economía mundial son las más positivas desde marzo de 2022. En la encuesta de diciembre, los encuestados tenían la misma probabilidad de decir que la economía mundial había mejorado y empeorado. En los próximos seis meses, los encuestados son más optimistas que el trimestre pasado. El 46% espera que la economía mundial mejore, casi el doble de la proporción que espera un empeoramiento de las condiciones, mientras que el 37% esperaba una mejora en la encuesta anterior. Las opiniones son esperanzadoras cuando se les pregunta sobre el escenario más probable a corto plazo para la economía mundial, sugiere cierta confianza en la actitud de los bancos centrales. Esperan un aterrizaje suave en general, con una desaceleración del crecimiento en comparación con 2023, más que una recesión.

En Europa los encuestados entregaron las evaluaciones negativas de todos los sondeos en septiembre y diciembre, ahora tienen casi el doble de probabilidades de decir que las condiciones han mejorado en los últimos seis meses, aunque no está claro qué ha provocado ese cambio y si es algo duradero. Más de la mitad de los encuestados espera que sus economías mejoren en los próximos seis meses. Las preocupaciones sobre la amenaza de la inflación disminuye, los resultados de la encuesta sugieren que las empresas están postergando los aumentos de precios. Los encuestados del sector privado en la última encuesta (45%) dicen que sus empresas aumentaron el precio de sus bienes o servicios en los últimos seis meses, frente al 56% en diciembre.

Sin embargo, la amenaza de la hiperinflación, el exceso de endeudamiento, el pago de los intereses de la Deuda, el desarrollo de la blockchain y las criptomonedas, la transformación del sistema financiero global, el empuje de los BRICS, y la escalada de violencia, no parecen dar cobertura a todas esas opiniones. Por otro lado, observamos cómo directivos de grandes empresas llevan tiempo vendiendo grandes paquetes de acciones de sus respectivas compañías, dado el precio actual de las bolsas de valores. Por lo que cabe la posibilidad de considerar un Cisne Negro; este necesita de al menos cuatro requisitos:

  • 1. Que sea altamente improbable, inexistencia de un posible suceso.
  • 2. Que tenga un elevado impacto, afectan de manera importante a la sociedad en general.
  • 3. Que los inversores no estén protegidos.
  • 4. Una vez sucede, tiende a explicarse de manera lógica, de forma que pudiera parecer un acontecimiento predictible.

Los acontecimientos altamente improbables pueden tener lugar, y ocasionar consecuencias devastadoras no previstas con análisis previos. Si se diera, puede servir para instaurar un nuevo modelo de contabilidad y sistema financiero basado en la blockchain. Todo ya está preparado.