Con el empuje de Bitcoin en máximos, aparecen ensayos olvidados en el tiempo que ahora vuelven a cobrar interés por su actualidad. El libro del economista austriaco Friedrich von Hayek «Desnacionalización del dinero» publicado en 1976, después de la crisis del petróleo de 1973, y de la determinación de los EEUU respecto a retirar al dólar su respaldo en oro. Decisión que nos ha llevado a este momento de cambio en la estructura del sistema financiero global. Hayek propone la abolición de los monopolios gubernamentales sobre la emisión de moneda fiduciaria, junto a un sistema de dinero competitivo. Con ciertas similitudes al planteado por la blockchain y web3.

En este preciso momento, Hayek con sus aciertos y errores vuelve a ser protagonista argumentando que el monopolio de la moneda es perjudicial para la economía y la libertad individual. La moneda debería ser descentralizada y privatizada. El planteamiento inicial de Hayek propone en lugar de la emisión de una moneda por un gobierno, que sean las empresas privadas quienes deberían emitir sus propias formas de dinero. Propone a las instituciones financieras privadas quienes emitan y compitan por la aceptación. La estabilidad del valor es la clave para su utilización. La competencia favorece a las monedas de mayor estabilidad en su valor. El supuesto es que una moneda devaluada perjudica a los acreedores y una moneda revalorizada perjudica a los deudores. Los usuarios serán quienes elegirán la mejor moneda para ellos. A través de la experimentación se obtendrá la base monetaria ideal y conseguirán la regulación de sus emisiones monetarias a través de préstamos y de la gestión del mercado de divisas.

 

Monedas descentralizadas en competencia 

La competencia monetaria permitirá que múltiples emisores privados emitan moneda. La competencia entre estas monedas conducirá a una mayor eficiencia y estabilidad.  También argumenta sobre la idea del valor del dinero, este debe estar respaldado sobre un bien tangible, como el oro. El valor del dinero se basa en la confianza y su aceptación generalizada. Otro argumento de peso es la descentralización, al estar la emisión de la moneda en manos de los bancos privados y no del gobierno de turno. La libertad de las personas para elegir la mejor moneda, según sus necesidades, es el elemento final.

En su momento, estas ideas fueron criticadas por economistas y expertos, aunque ninguno con sólidos argumentos, sino con el fortalecimiento del sistema en el que nos encontramos ahora. Un sistema atacado por una espiral de Deuda Pública y una inflación maquillada, ambas parecen conducir a la restructuración profunda del sistema financiero.

En este momento la función ejercida por la blockchain y las criptomonedas, parece recuperar las ideas de Hayek y la posibilidad de dar un vuelco al sistema financiero, tal y como lo conocemos.

Si el dinero es una manera de ponernos de acuerdo respecto al valor de las cosas, está claro que el mundo ahora no quiere ponerse de acuerdo. Nos es posible descentrarse, es obligado aprender y apostar por un cambio probable en dirección desconocida. Como siempre nos movemos en los caprichosos límites de la incertidumbre.