El neurohacking es una subcategoría dentro del ámbito del biohacking, centrado en el estudio y mejora de la función cerebral. Los neurohackers, se embarcan en el proceso de investigar el cerebro con el objetivo de mejorar diversas capacidades, como reflejos, velocidad de aprendizaje, o abordar trastornos psicológicos.​ Los practicantes de la biología DIY (hágalo usted mismo) buscan modificar los sistemas vivos con el objetivo de explorar sus capacidades o incluso de crear nuevas funciones.

A principios del siglo XXI, el neurohacking comenzó a recuperar interés, en la actualidad su actividad se desarrolla mediante métodos personales por usuarios domésticos. El uso de productos químicos para aumentar la función cerebral, y la implantación de dispositivos en el cuerpo humano para el tratamiento de enfermedades marcan su área de pruebas.

Mediante sustancias derivadas de plantas, los neurohackers mejoran funciones cerebrales de orden superior como estimulantes de la memoria. El objetivo de estos auto-experimentos es el de mejorar el aprendizaje, aumentar la transferencia de información entre hemisferios cerebrales, aumentar la resistencia cerebral, mejorar el control cortico-subcortical y mejorar la resistencia a agentes dañinos.

Existen tres categorías de métodos de neurohacking: suplementos orales, ejercicios de entrenamiento procedimental y transmisión de corrientes eléctricas a través del cerebro. Muchos de los compuestos químicos orales son producidos por nuestro cuerpo de forma natural, pero se requiere suplemento para aumentar su concentración en sangre para producir efectos. Estos compuestos químicos pueden ser sintéticos, o naturales con base de hierbas antioxidantes y suplementos vitamínicos. Los principales mecanismos por los cuales las sustancias naturales afectan la actividad cerebral son la afinación de neurotransmisores, la modulación de transducción de señales y la vasodilatación.

Suplementos vitamínicos naturales y Neuralink

Suplementos naturales como el Ginkgo biloba y el Panax quinquefolius (ginseng americano), se prescriben como estrategia para reducir el deterioro cognitivo relacionado con la edad. Investigaciones recientes sugieren que poseen el potencial de aliviar los síntomas de deterioro mental en individuos de edad avanzada. Aunque los resultados no son concluyentes. Por otro lado, tenemos los ejercicios de entrenamiento procedimental como métodos de para reforzar las conexiones interneuronales. Empresas como PositScience, Lumosity y CogniFit, han desarrollado videojuegos diseñados precisamente para potenciar la función cerebral de los usuarios y el avance de habilidades cognitivas.

Por último, existen métodos para transmitir corrientes eléctricas débiles al cerebro con la esperanza de mejorar su rendimiento. Uno de los dispositivos de estimulación cerebral profunda más conocido es producido por la empresa Neuralink de Elon Musk, inserta sus microchips de ayuda a pacientes. Mientras, intenta cambiar la percepción general para expandir los casos de uso entre toda la población. Un dilema a considerar según tus capacidades. Cada uno de sus chips cuenta con más de tres mil electrodos implantados en el cerebro mediante cirugía. De momento, será mejor que lo prueben con personas necesitadas, luego ya veremos.

El neurohacking busca mejorar la experiencia humana, más allá del uso cotidiano de la cafeína, la salud mental y la calidad de vida de las personas.