Las relaciones personales son imprescindibles para aquellos que necesitamos de los demás para nuestro desarrollo individual.

Distinguir entre iniciadores y ejecutores es útil para saber de quién debemos rodearnos cuando detectamos oportunidades. Personas que tienen capacidad para iniciar proyectos, o aquellas otras que tienen la habilidad de llevarlos adelante. Personas estructuradas enfocadas a gestionar, frente a otras dotadas para generar conceptos, con menos habilidad para ejecutar. Por norma general, muchas de las personas con capacidad para crear nuevas ideas, no están bien dotadas para llevarlas adelante. Es cierto que podemos encontrar en un mismo individuo ambas características, pero no es lo más habitual. Por lo que es necesario identificar a qué tipo perteneces, y con quién debes asociarte. Como comprenderás este es un punto crucial.

Observamos empresas como Apple, con una gran capacidad innovadora, en busca de empresas con capacidad de gestionar sus proyectos. Otro caso lo encontramos en Alphabet (Google), con una gran cantidad de gente joven iniciando proyectos muy potentes, junto a un grupo de gestores de mayor edad llevando adelante esas innovaciones.

La consecuencia de esa necesidad mutua entre iniciadores y ejecutores, está relacionada con una muy buena gestión de los Recursos Humanos dentro de la empresa. O una búsqueda de relaciones con otras personas dentro de un Coworking.

En la mayoría de los casos, el número de ejecutores necesaria es mayor que el de iniciadores, porque la facultad de generar conceptos es mucho más rápida que la de ejecutarlos. De ninguna manera podemos pensar que una es mejor que la otra, lo importante es relacionarse entre sí para sumar los aspectos positivos.

Fabricar un emprendedor recién licenciado, seleccionando a una persona en su máximo nivel de energía y poca experiencia, es conducirlo hacia el fracaso. Los primeros años como profesional necesita recoger experiencia y conocimiento para generar nuevos conceptos y aprendemos también de los errores.

Todos llegaremos al más alto nivel de nuestra incompetencia. Pero, no por ello deberemos dejar de intentarlo.

¿Ya sabes a qué tipo perteneces tú?